11 de octubre de 2016

[Textos] Te corrompes Facil

Por: Arki

Yo no sabría decirte en que momento deje de pensar como pensaba y termine aquí en este agujero. Solía trabajar, tenía familia, ya sabes, todas esas cosas de la gente normalita que anda por ahí.
Siempre fui amable y todo eso.
Lo que si nunca me gusto, fue ser generoso con nadie. Ni con mi familia. Me repugnaba el hecho de tener que ayudar a los demás en algo, ya sabes... así como que: -mire necesito que me ayude con este problema- o -mire necesito tal cosa- No eso no es para mí.
Cada quien tiene que ver por su propio pellejo. La Solidaridad y esas cosas son babosadas.
Nadie me ayudo a mí a salir adelante y yo no pierdo mi tiempo ayudando a los demás.

Así fui avanzando en la vida y en mi trabajo. Implacable con la gente. Yo no diría hecho leña, pero si no me doblegaba. Solo hacia favores a gente que en verdad me sirvieran para escalar posiciones. Favores de todo tipo. Era tanto el deseo de subir y tener las cosas que siempre desee que no me importaba. Además toda la gente es así en este país. Aquí todo funciona así. Las escuelas, los trabajos, la política, incluso el arte. No es que me esté excusando ni que me arrepienta de lo que hice, porque si disfrute la vida.
Me gastaba un montonal de pisto en una cena, invitaba a mis amigos a chupar, salía del centro comercial con las cajotas de televisores, equipos de sonido, ropa de buena marca, todo eso que hace feliz a la gente como yo. Porque cuando no tenía plata pasaba bien triste, amargado, esos eran los pleitos con mi mujer. Por eso también nos fuimos alejando pero eso ya es otro cuento del que no quiero ni acordarme. Mejor dicho, en otra ocasión te lo cuento porque vos sos el único que me viene a ver aquí.
Fue en un momento así que accedí a robar. No directamente robado así con cuchillo pero no le pagábamos a los demás empleados el pisto que les correspondía por su tiempo de trabajo en la empresa. Lo hacía y nadie se daba cuenta y todo tranquilo. Nombre me decía el jefe, solo los vivos salen de la pobreza fácilmente. Sigamos así y vieras que casona vas a llegar a tener. Mira yo hasta en la orilla del lago tengo casa y bien al suave. Pero cuidadito con hacer la bulla porque te hundo me dijo el viejo panzón.
Uno se puede corromper fácil al ver un manojo de billetes.
Había momentos en que me acordaba que era buena gente a la que les quitaba el pistillo, que tenían sus familias, sus hijos, pero así me fui corrompiendo pensando que yo era más vivo que ellos y que a mí me había costado llegar hasta ahí y que tenía que aprovechar mi oportunidad. Llegue a tener tres casas en la ciudad, 4 carros y que decirte de los viajes. Casi mensual agarraba para Miami a ver a otros contactos que tenía mi jefe por allá y a comprar. Yo diría que esos fueron mis mejores años de vida. Después ya se empezó a desmoronar todo. Los trabajadores empezaron a hacer bulla y se fue descubriendo el tamal, yo busque como zafarme de aquel rollo pero al final termine acá. Bote mi vida y mi dinero a la basura con un abogado que no me pudo sacar y nadie de mis conocidos me quisieron ayudar. El Juez ni mis hijos me creyeron esto pero de corazón te digo que no lo vuelvo a hacer.

Hoy me queda tiempo para pensar y pensar y lo que me da lástima es el montón de personas que son como yo. Y están ahí en este momento aprovechándose y dejándose corromper por los Viejones corruptos. Y al final, son ellos los que nos necesitan, porque si no hubiera tanta gente como yo que hace esos favores sucios no pudieran robar como lo hacen, necesitan de uno y uno accede a ayudarles por una miseria de lo que a ellos les queda y termina aquí, enjaulado, resumiéndole su vida a un amigo imaginario.