Por: Bash
Hagámonos estas preguntas:
¿Se ha logrado consolidar una nación independiente, que respeta y vela de forma plena por los derechos y las igualdades sociales de todos?
¿Hay en realidad independencia o se ha convertido en una tarea pendiente?
La independencia y las reformas liberales no impidieron que a los indígenas se les siguiera expropiando sus tierras. Así, apenas entrado el siglo XX, se producen una serie de luchas.
Los pueblos originarios estuvieron sometidos a reclutamientos forzosos y a la miseria; el descontento provocado se tradujo en el conocido como levantamiento de los Nonualcos. Es bien conocido que desde 1524, cuando ingresaron las primeras tropas españolas, a las comunidades indígenas siempre les ha tocado luchar contra los invasores.
¿Somos independientes? Es una tarea inconclusa. Por eso continúa la lucha de los movimientos populares y políticos contra el dominio imperialista de otras naciones.
El pueblo es el que ha proclamado la búsqueda plena de la independencia. El pueblo es quien construye una nación. Pero realmente, ¿estamos conscientes si existe o no independencia en El Salvador, cuándo los “próceres” lucharon sólo por sus propios intereses y no por los de una nación?
La independencia implica Libertad. La independencia no llega en un santiamén, sino tras la suma de muchos hechos para reclamar una libertad plena. Como vimos, se dieron dos luchas centroamericanas por alcanzar la independencia, la que se proclamó el 15 de septiembre de 1821 y la ejecutada por Francisco Morazán, pero a dónde quedaron los anhelos que se buscaban, si aún continúa la intromisión de otras naciones y los más débiles, siempre frágiles.
Antes de salir a marchar, declamar y hasta chillar por la bandera, pensemos:
¿Somos independientes o makinas que consumen productos?
Luchemos por una independencia colectiva comenzando por una independencia individual.
